Jorge Martínez Rivera es Director de Whistleblower Chile
Desde la vigencia de la ley 21.314, Chile es de los pocos países que ha seguido el modelo de recompensas instaurado en el Whistleblower Program de la SEC de los Estados Unidos. Desde 2021, la CMF administra un programa de recompensas inspirado en la experiencia norteamericana. Sin embargo, la transparencia del programa es un ámbito en que la CMF ha quedado a la zaga de su par estadounidense.
Por ejemplo, el pasado 18 de abril de 2024, por Oficio 50.626, la CMF contestó nuestra solicitud de transparencia sobre cuántas recompensas habían sido pagadas y el monto de dichas recompensas. En dicho oficio (la semana pasada), la CMF se excusó de entregar la información pues sería reservada de acuerdo con el artículo 21, número 1 y 5 de la Ley de Transparencia.
Sorprendemente, la información que la CMF clasificó como “reservada” fue titular en todos los medios de prensa el día de ayer. Tal inconsistencia mella la credibilidad del programa de whistleblowing de la CMF, por al menos dos motivos. Primero, la información sobre las recompensas pagadas por la CMF es pública, y no puede abusarse de las causales de reserva de la Ley de Transparencia para dilatar su entrega y mantener la exclusiva para la prensa.
Segundo, la opacidad de la CMF en relación al programa de recompensas es repetida. A fines de 2022, cuando solicitamos la misma información sobre las recompensas pagadas, la CMF se negó a entregarla por ser “reservada”. Debió intervenir el Consejo para la Transparencia, en el caso C12981-22, para que la CMF finalmente revelara que no se habían pagado recompensas a la fecha de la solicitud de transparencia. Por este precedente, la CMF estaba en conocimiento que la información es pública, por lo que no debió abusar de las causales de reserva en su oficio de la semana pasada.
Existe consenso internacional en que la promoción del whistleblowing requiere altas dosis de transparencia para generar confianza en las personas que tengan información sobre ilícitos al interior de sus organizaciones. El secretismo y opacidad son los mayores enemigos de un sistema de whistleblowing. La CMF podría seguir el ejemplo de la SEC y la página web de su Office of the Whistleblower para mejorar sus estándares de acceso a la información. Aprender de estos estándares y terminar el secretismo sería un gran favor para potenciales whistleblowers y la comunidad que ellos protegen.
Publicada en el Diario Financiero, 26 de abril de 2024.